Las aguas se tiñen de rojo
Las imágenes de la matanza de cientos de delfines en una pequeña ensenada de la costa japonesa difundidas a través de todos los medios de comunicación y especialmente de la televisión removieron la conciencia de miles de personas ante un problema de enormes dimensiones del que pocas veces se tiene testimonios tan directos. La imágenes fueron obtenidas durante la campaña de varios miembros de la ONG americana “Sea Shepherd Conservation Society “ en la costa de Taiji. Su testimonio, que ha dado la vuelta al mundo, así como la presencia de voluntarios internacionales, ha alertado al mundo sobre esta aberración ¿hasta cuándo?, ¿qué ocurre cuando ni la denuncia ni la presión internacional pueden lograr un mínimo despertar de conciencia en seres humanos que por afán de dinero matan a seres tan indefensos y de altísima belleza y energía como delfines y ballenas?
Miles de delfines mueren cada año. El número de delfines que mueren se incrementa cada año. Sólo en Japón este año las autoridades japonesas han autorizado el comienzo de la temporada de caza de unos 20.000 delfines. En realidad desde que en 1986 la Comisión Ballenera Internacional limitara la captura de ballenas la caza de delfines que no está regulada por ninguna organización internacional se ha incrementado. La carne del delfín se ha venido comercializando como sustituto a la de ballena (que por otra parte y a pesar de la prohibición internacional todavía se puede encontrar en el mercado japonés). El alza en los precios de la carne de delfín ha estimulado su pesca incluso en zonas de Japón donde casi se había abandonado. La mayoría de estos animales, que pertenecen a diferentes especies son atrapados a arponazos en alta mar, sobre todo en el Océano Pacífico. Pero una parte, se calcula que más de 4000 son cruelmente asesinados cerca de la costa como los que mostraban las imágenes de Taiji. Los barcos pesqueros los rodean y los empujan hacia la orilla. Una vez allí los arponean. El método utilizado para matar a los delfines consiste en dejarlos desangrar después de la herida, lo que supone una larga agonía para los animales. Cada año mueren en el mundo miles de delfines no tan solo a manos de pescadores furtivos como en Japón o en las costas de Perú sino también debido a la pesca industrial indiscriminada, a las consecuencias de la contaminación marina o a los accidentes causados por las redes de deriva o el tráfico marítimo. Las acciones de denuncia de voluntarios como los de Sea Sheperd y su divulgación a través de los medios de comunicación son un eslabón importante para crear una presión a nivel internacional y que se adopten medidas efectivas encaminadas a proteger en el futuro la vida de estos maravillosos animales.
¿Recuerdan incluso cuando un pesquero japonés fue interceptado en nuestras costas en pleno proceso de matanza de delfines y ballenas, como si todas las aguas del planeta fueran su campo de juego?
Podes ver en Internet o conseguir la película THE COVE que ganó el Oscar al mejor documental el año pasado, mostrando estas imágenes vergonzosas y terribles de la depredación que los pescadores japoneses causan a los delfines.
Con solo poner en Youtube o en distintos buscadores escenas de The Cove, o los muchísimos links con el tema matanza de ballenas y delfines en Japón, podemos tener una mínima idea de los niveles de degradación del hombre mostrándose como la más bestial de las bestias.
Fuente: Página web de la organización Sea Shepherd Conservation Society donde puedes obtener toda la información sobre su campaña en Taiji.
0 Luces en mi Camino...:
Publicar un comentario
Gracias por pasar por aquí y dejar un Rayito de tu Luz... Es valiosa para mi tu opinión.